Un grupo de científicos de la Universidad de East Anglia (Reino Unido) asegura que comer brócoli disminuye riesgo de sufrir artrosis y frena su desarrollo en caso de padecerla.
El sulforafano, presente también en otros vegetales como las coles de Bruselas y el repollo, sería responsable de bloquear la enzima destructiva causante de los daños en el cartílago, el tejido que cubre los extremos de los huesos en las articulaciones. La artrosis es una enfermedad degenerativa que afecta sobre todo a las articulaciones de manos, pies, caderas, rodillas y columna.
Según la revista Archivos Latinoamericanos de Nutrición, el brócoli es la principal fuente natural del isotiocianato sulforafano. La concentración de sulforafano está en el rango de 214 mg/g bs (microgramo) en tallos a 499 mg/g bs, inflorescencias. El repollo morado (101,99 mg/g bs) presenta valores mayores de sulforafano que el repollo verde (7,58 mg/g bs).
Según refiere la nutricionista zuliana Raquel Luzardo, la mayor concentración de sulforafano está en la parte menos comestible, se trata del tallo, lo que ocurre es que no se recolecta de esa forma ya que carece de estándares de calidad en el mercado.
