Reconocer y controlar la ansiedad y los estados de ánimo negativos deben formar parte de las prioridades de nuestra agitada vida. Siempre es posible transformar las emociones malas en buenas. Para ello, es esencial reconocer los primeros síntomas y cultivar las actitudes que favorezcan la serenidad.
Consejos para mantener la ansiedad a raya
Su círculo social. Además de alimentarse bien y mantenerse en buena forma física, es muy importante pasar tiempo con la familia y los amigos. El apoyo emocional de los seres queridos es una garantía de salud física y mental.
Controla el estrés. Modifique sus actitudes y aprenda a valorar el descanso. No quiera abarcarlo todo, delegue responsabilidades y reserve tiempo para usted.
Procure tener cierta estabilidad económica. Distinga entre auténticas necesidades y caprichos que sólo minan sus finanzas. No caiga en el consumismo; recuerde que estar satisfecho con poco es signo desequilibrio.
Busque su centro dentro de las relaciones. Las personas más equilibradas son las que confían en sus posibilidades, se plantean objetivos realistas y no desfallecen ante los fracasos. Saben aceptar el apoyo de los demás. Las relaciones se hacen más profundas cuando se intercambian favores. Aunque nos hayan educado en la idea individualista, siempre estamos a tiempo de aprender que la colaboración hace llegar más lejos.
Aprenda a estar en paz consigo mismo. Averigüe qué le hace feliz y valore lo que pueda cambiar en su persona y lo que no. Intente también reducir la autoexigencia.
Contribuya con sus semejantes. Dicen los budistas que, para alejar la ansiedad y ser felices, es muy importante ser útiles a los demás. Una manera de hacerlo es colaborar con organizaciones no lucrativas. Finalmente, estos monjes del Lejano Oriente también abogan por el diálogo para reducir la tensión y compartir lo bueno y lo malo con los demás.
¡Ánimo, no permita que la ansiedad le domine y viva feliz!
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